Estar preparados para el manejo de situaciones impredecibles es una constante, por lo que aquella dinámica en la cual el líder comunicaba por anticipado el qué, cómo y cuándo, se ha visto desplazada por una necesidad recurrente de ayudar al colaborador a comprender cuál es su rol en la organización y promover el análisis de los hechos para crear soluciones que estén dispuestos a probar y cambiar. El Center for Creative Leadership (CCL) nos recuerda pasar de un mundo VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) a considerar el paradigma RUPT (rápido, impredecible, paradójico y entrelazado), un paradigma basado en la acción, lo que nos lleva a dejar de ver amenazas para ver oportunidades. Por ello, se necesitan liderazgos que no solo logren lidiar con la complejidad, sino que hagan la coalición perfecta con los colaboradores para buscar de manera conjunta aquellas estrategias que permitan responder con rapidez a dichas oportunidades.
Esto nos lleva a un nuevo escenario en la que los líderes y los miembros del equipo aprenden de forma colaborativa, y de ahí la invitación a un liderazgo basado en la transparencia y humildad, capaz de mantener una actitud de experimentación y aprendizaje. Un liderazgo que explore, que se involucre en el lugar donde ocurren las cosas para conocer la realidad y comprender a los colaboradores. Como señala Ronald Heifetz, antes había una estrategia, ahora esta se va generando entre conversaciones donde se indaga y se miran los hechos. Los líderes capaces de generar conversaciones y relaciones basadas en la confianza tendrán más facilidad de influir en los colaboradores para generar dinámicas de trabajo que contribuyan en el crear y en el hacer de manera colectiva.
Algunas prácticas de liderazgo para generar aprendizaje colaborativo:
Necesitamos fortalecer las conversaciones entre los líderes y los equipos de trabajo para construir relaciones que impulsen el aprendizaje colaborativo y la generación de valor.